1907... marcó fatalidad.

La semana pasada tuve la oportunidad de estar en Iquique, de ver la escuela Santa María y de visitar Humberstone. Por todo esto, no pude despegarme la cantata de Santa María.

"Si contemplan la pampa y sus rincones, verán las sequedades del silencio, el suelo sin milagro y oficinas vacias como el último desierto."

"Y si observan la pampa y la imaginan en tiempos de la industria del salitre, verán a la mujer y al fogón mustio, al obrero sin cara, al niño triste. También verán la choza mortecina, la vela que alumbraba su carencia, alguna calaminas por paredes y por lecho los sacos y la tierra".

"Si contemplan la pampa y sus rincones, verán las sequedades del silencio. Y si observan la pampa como fuera, verán destrozados los lamentos.

El sol en desierto grande y la sal que nos quemaba, el río en las soledades, camanchaca y noche larga. El hambre de piedra seca y quejidos que escuchaban, la vida de muerte lenta y la lágrima soltada".

"Las casas desposeidas y el obrero que esperaba al sueño que era el olvido solo espina postergada, el viento en la pampa inmensa nunca más se terminara... Salitre lluvia bendita se volvía la palvada, la pampa pan de los días, cementerio y tierra amarga, segía pasando el tiempo y seguia historia mala..."

"Del 15 al 21, mes de diciembre, se hizo el largo viaje por las pendientes. Veintiseismil bajaron o tal vez más, con silencios gastados en el salar. Iban bajando anciosos, iban llegando los miles de la pampa, los postergados. No mendigaban nada, sólo querían respuesta a lo pedido, respuesta limpia."

"...mejor que los juntarán en algún sitio, si andaban por las calles, era un peligro.

Se han unido con nosotros compañeros de esperanza, y los otros, los más ricos, no nos quieren dar la cara.

Hasta Iquique nos hemos venido, pero Iquique nos ve como extraños, nos comprenden algunos amigos y los otros nos quitan la mano.

El sitio al que los llevaban era una escuela vacía y la escuela se llamaba Santa María.

Dejaron a los obreros, los dejaron con sonrisas, que esperan les dijeron solo unos días. Los hombres se confiaron, no les faltaba paciencia ya que habían esperado la vida entera"

"Murieron tres mil seiscientos, uno tras otro. Tres mil seiscientos mataron.

La escuela Santa María vio sangre obrera, la sangre que conocía solo miseria. Serían tres mil sesicientos ensordecidos y fueron tres mil seiscientos enmudecidos.

La escuela Santa María fue el exterminio de vida que se moría solo a alaridos, tres mil seiscientas miradas que se apagaron, tres mil seiscientos obreros asesinados.

Un niño juega en la escuela Santa María, si fuera a busca a tesoros ¿Qué encontraría? A los hombres de la pampa que quisieron protestar, los mataron como perros porque había que matar.

¿Dónde están los asesinos que mataron por matar? Lo juramos por la tierra, los tendremos que encontrar. Lo juramos por la vida, los tendremos que encontrar. Lo juramos por la muerte, los tendremos que encontrar. Lo juramos compañeros, ese día llegará”