martes, 7 de abril de 2009

El día mundial de la salud


Siempre que se habla de la salud se nos viene a la mente doctores, enfermeras, hospitales; y últimamente podríamos imaginar también gente alimentándose de manera sana o haciendo deporte. Sin embargo, olvidamos que la salud es mucho más que doctores y enfermedades; alimentación sana y deporte. 

La salud, en la definición que realiza la OMS, es un estado de bienestar biológico, psiquico y social y de ahí mi idea de que la salud es una de la tareas más transversales y sistémicas que debe enfrentar un Estado, pues cualquier política, mal o bien emprendida, podría dañar la salud de la población. 

Si el Estado emprende una política mal diseñada, como el Transantiago, el bienestar biopsicosocial de las personas se verá afectado y con una política bien emprendida, en función de la complejidad, se podrían dañar otros aspectos de la vida de las personas que podría repercutir en la salud.  He ahí, entonces, el entramado y complejo escenario que debe enfrentar un gobierno para proteger la salud de la población. 

El desafío es lograr ambientes sanos, ciudades amigables, organizaciones que no sean patógenas para sus miembros. Y es aquí donde el desafío se expande a todos los ámbitos de la sociedad en pro de aumentar los niveles de salud de sus miembros. 

Soy un defensor de la salud pública, de aquella que debe ser accesible para las personas y equitativa en su trato con los pacientes y me duele ver el daño que por muchos años se le hizo a un sistema público de atención de Salud que era de vanguardia. Pero tengo la certeza que puede mejorar, que faltan diseños correctos dentro de un sistema que en muchos casos funciones por las contingencias y para que todo funcioné se requieren aportes no solo del gobierno y, como dije en los primeros párrafos, no solo del Ministerio de Salud, si bien órgano rector de las políticas del sector, a la hora del diseño, ejecución y evaluación de éstas es fundamental la participación de las personas, de los trabajadores del sistema, de los otros sectors involucrados en el tema. 

Tampoco hay que olvidarse de la Salud de un importante sector de la sociedad, los adultos mayores. Y en ese sentido nuestra sociedad está en deuda con ellos, la inserción de la gente mayor en la dinámica social es una pieza fundamental de su bienestar. Una persona aislada y excluida no será una persona saludable, menos una persona abandonada por su familia y por sus amigos. 

Creo que los discursos y los grandes desembolsos de dinero hacia el sector son válidos e importantes, pero falta la praxis y hacer que las cosas funcionen, que la red funcione, que las personas aprendan a usar esa red y que la salud pública -aquella que es accesible para todos- deje de ser sinónimo de esperas, de negligencias y de malos tratos. 

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