miércoles, 3 de marzo de 2010

¿Qué le ha pasado a Chile?

Los invito a leer dos columnas que aparecieron hoy en el diario el mostrador. El problema de los saqueos es harto más profundo que el simple robo y revela la falta de cohesión social, el individualismo gigante de muchos -todo para mi, el resto no me importa- la pérdida de valores sociales y de la solidaridad entre nosotros. Un modelo neoliberal en extremo donde lo que importo es solo yo... cuando la sociedad la sostenemos entre todos.


Hemos construido una sociedad muy débil, increiblemente fragmentada y en muchos casos, resentida. Se daña al que tiene más solo porque tiene más y porque "yo no tengo la oportunidad de hacerlo o de tener lo que él tiene". Esa es la gran cicatriz que nos deja la concertación, una grave desigualdad que ha hecho que hoy afloren las grietas de una sociedad que no es perfecta. Virtudes... muchísimas... pero también mucha mugre que no se ha quitado y que hemos preferido esconderla. Pero los números no nos mienten, la concentración de la riqueza en Chile es brutal, muchos siguen confiando en el chorreo, otros siguen pensando que los pobre son flojos.
Somos más ricos, tenemos más cosas... plasmas, computadores, internet, celulares de última generación. El sistema nos los ha dado... pero nos ha quitado muchas más cosas, nos ha quitado el sentimiento de pertenencia a una sociedad integrada.

Me alegro, no obstante, de ver en la tele como queda todavía de eso... estamos a tiempo de construir una sociedad más solidaria y justa para todos. En una página de terremotos que suelo visitar vi imágenes de comunidades haciendo ollas comunes para ayudarse en la desgracia ¿qué nos pasó? ¿tanto cambiamos en 50 años?

Es como cuando se discute el origen de la delincuencia. No es la mano blanda, ni la mano dura, ni el candado, ni la puerta. Es la profunda desigualdad, el resentimiento del que tiene poco frente al que tiene mucho, la pregunta que muchos se han hecho ¿por qué otros tiene tanto y yo tengo tan poco? La solución fácil es robar o vender droga. O cuando se roba en las empresas... total, los empresarios tienen mucho y es completamente cierto. Hay pocos que tienen muchos, muchos que tienen muy poco.

Nos falta por construir. Hay cosas que no se solucionan con más carabineros o militares en las calles o con un candado en puertas giratorias, con eso solo escondemos los dramas sociales que existen, hay cosas que se solucionan cambiando las bases fundamentales de un sistema que parece muy lindo pero que tiene un corazón perverso y que nos ha vuelto una sociedad individualista y fragmentada.

Espero que la oportunidad se aproveche. El individualismo no le hace bien a nuestra sociedad ni a nuestra gente. Sacar autómatas preocupados de sí mismos y de nadie más es sumamente perjudicial. Premiar el mérito solo llevará a mayores desigualdades, resentimientos y fragmentación social. ¿Por qué otro sí y otro no? Como en un dibujo que hay en el museo de la memoria... él tiene, yo no. Eso es lo que tenemos que mejorar, más justicia social, más solidaridad... porque la solidaridad no se nota solo en estos momentos, siempre debería estar presente. Siempre tendríamos que pensar en los que menos tienen, en esos a los que muchos les cuesta.

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