Los tiempos han cambiado, hoy el contexto internacional es diferente al de 20 años atrás cuando caía el muro de Berlin y radicalmente diferente a lo que había hace 50, 70 o 100 años atrás. Hemos vivido un siglo de cambios vertiginosos y hoy el futuro no parece menos lento, muy por el contrario, se tiende a presentar más complejo, como una vorágine de acontecimiento, desafíos y problemas que, frente a nosotros, aquejan a las personas y presionan a los gobiernos por encontrarles solución.
El conflicto con Perú parece una escalada de hechos que nos llevan indefectiblemente a un deterioro progresivo de las relaciones con el vecino del norte, mucho esperan una guerra, algo así como una "parada de carros" de Chile a las "insolencias" de Perú. Creo que mantener al embajador en Santiago es una señal suficiente de molestia por el término "republiqueta" usado por Alan García para referirse a Chile.
Entre estos dos hechos me parece que ninguno de los dos Estados -aunque más Chile que Perú- ha descubierto que el mundo y, en especial, América Latina, tienen problemas muy profundos que van más allá que el pedazo más o menos de tierra, que el pedazo más o menos de mar.
Los problemas que afectan hoy al mundo han trascendido nuestras fronteras y una de las herramientas para su solución radica en la cooperación entre Estados y, más aún, de países vecinos. La actuación de Perú parece ir en otra dirección y la de muchos chilenos también lo pareciera. Probablemente, sea cual fuere el fallo en La Haya, las relaciones con Perú se verán irremediablemente dañadas y se perderá la oportunidad de solucionar muchos problemas de forma conjunta: la migración, el comercio en el norte entre Arica y Tacna, temas de cooperación minera, pesquera y comercial, entre varios otros, sin duda, beneficiosos para ambos países. Todo por poner por delante una demanda nacionalista que va en contra de los objetivos que muchos queremos para América Latina: menos pobreza, más igualdad y equidad y más desarrollo.
El caso de espionaje es coyuntural y la historia tampoco es justificación para evitar el dialogo y la cooperación entre los países. Es válido, también, desestimar cualquier declaración belicista que atente contra la paz de nuestros pueblos en cualquier lugar de América Latina.
En la declaración que hoy hizo Alan García en Perú, declaraba que había una "sana y fraternal competencia entre todos los pueblos" (http://www.rpp.com.pe/2009-11-16-presidente-garcia-solo-el-que-se-siente-menos-espia-noticia_222896.html) ante eso es evidente, hay temas en los cuales no se puede competir y se debe trabajar unido e indudablemente así lograremos que América Latina sea un continente desarrollado en menos tiempo y venzamos los flagelos que aquejan a la región.
Los tiempos han cambiado y ya no estamos en los años en que frente a agresiones mínimas se tomaban las armas cual señores feudales defendiendo sus tierras amenazadas. Hay que buscar la paz, el dialogo y la cooperación y, a partir de ahí, podremos encontrar el camino hacia la integración y el desarrollo.
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