sábado, 24 de abril de 2010

Kirchner: Entre los errores de la oposición y el posicionamiento electoral

El próximo 2011 habrá elecciones presidenciales en Argentina y el escenario en el último año de gobierno de Cristina Fernández se ve bastante difuso. En junio del año pasado, con el triunfo de la oposición en las elecciones parlamentarias, las cosas parecían bastante claras: Néstor no tenía ninguna opción para 2011 y la oposición podría, cohesionada, empezar a fortalecer sus liderazgos con miras a los comicios. Sin embargo, en este mismo blog puse los desafíos con los que se encontraría la oposición en el congreso: un cúmulo de intereses difíciles de alinear y además no es baladí el hecho que el kirchenirismo sigue siendo la “mayor” minoría en el congreso de la Argentina.

Algunos de los augurios se han cumplido. La oposición no ha logrado cohesionarse y, más allá del DNU que destituyó a Pérez Redrado de la presidencia del BCRA, no han encontrado un punto de apoyo para impulsarse hacia el futuro. Carrió, Cobos, Duhalde, Macri y Solanas son solo algunos de los nombres que están en el tapete para las candidaturas presidenciales, ninguno se vislumbra como un claro contendor y en ese escenario el matrimonio Kirchner ha sabido recuperado terreno.

De acuerdo a algunas encuestas, la imagen de la clase política de Argentina se ha deteriorado en el último tiempo y, paralelamente, la evaluación positiva del gobierno de Cristina ha subido (La Nación.com.ar; 24/04). La misma nota del diario La Nación de Buenos Aires indica que en junio de 2009 la oposición generaba grandes expectativas en torno a los temas que se podrían incluir en la agenda para ayudar en los problemas cotidianos de la gente, no obstante, hoy esa imagen se ha perdido y la opinión pública ve a la oposición poco cohesionada y concentrada en los problemas de las cúpulas políticas.

Suele ser común que en los últimos años de un periodo presidencial, los gobiernos inicien políticas con miras a ampliar la base electoral de su conglomerado, allanando el camino hacia futuras elecciones. En Argentina, luego de la derrota parlamentaria de junio de 2009, Cristina Fernández tenía dos opciones: aceptar que la suerte estaba echada para el FPV o bien seguir mirando el 2011. Al parecer eligió la segunda opción y los Kirchner se han repuesto de las elecciones pasadas.

En la misma línea de lo anterior, se hace necesario que el gobierno tienda puentes con sector populares, la asignación universal por hijo es una de las políticas que podría haber ampliado la aprobación del gobierno justamente en los sectores más bajos de la sociedad argentina. Es así como el terreno ganado por el ‘matrimonio presidencial’ tiene que ver tanto con la falta de cohesión en la oposición como por la forma de aprovechar esa misma oportunidad para generar instancias de ampliación electoral y mostrarse como una opción viable para las elecciones de 2011.

No obstante, hay que recordar varias cosas que quedan en el tintero y que se convierten en dificultades para los Kirchner: La desacreditación del INDEC como una institución confiable ha generado un clima de incertidumbre. Los indicadores de pobreza o inflación se subestiman y no se han reconocido como problemas reales de la Argentina. Puede que se cumpla lo que señala Javier González Fraga, ex presidente del BCRA (2003) “cuesta hablar de la Argentina como un país pobre, pero no podemos negar que es un país con mucha pobreza”. Y en esa línea es necesario que el gobierno reconozca los problemas de la pobreza y de la inflación para enfrentarlos de forma adecuada.

En suma, si bien Néstor Kirchner tiene un nivel de desaprobación bastante alto, casi tanto como el rechazo que tenía Carlos Menem en 2003 (Políticaargentina.com; 22/04) también hay que hacer notar que tiene un piso de votos que ronda el 30% y que el hecho que su esposa esté en el poder le da un cariz diferente al de Menem: el Kirchnerismo puede usar las herramientas que le da el Estado para mantenerse en el poder. Todo pasa por tender los puentes, reconocer los problemas y enfrentarlos. Más allá de esto, es imposible predecir si en 2011 Argentina volverá a ser presidida por Néstor Kirchner o la oposición podrá cuadrarse tras un candidato de consenso. Hoy más que certezas… hay un cúmulo de incertidumbres.

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