sábado, 22 de mayo de 2010

¿Logrará vencer Lula Da Silva el síndrome Bachelet?

En las últimas elecciones presidenciales en nuestro país se notó un extraño comportamiento electoral por parte de los votantes. La presidenta Bachelet terminó su mandato con una aprobación histórica del 80% por parte de la opinión pública pero dicha aprobación no se traspasó al candidato oficialista. De alguna manera, los electores intentaban decir que estaban conformes y agradecidos con lo que se había hecho durante 20 años por la concertación pero que al mismo tiempo rechazaban lo que se proponía para el futuro.

También se puede asociar al carisma de la presidenta Bachelet, quien fue hace muy poco signada como una de las jefas de Estado más simpáticas del continente (Americaeconomía, 16/05) No obstante, el punto central es que el proyecto político ofrecido por la concertación para un nuevo periodo no fue recibido con complacencia por la mayoría de los electores, quienes optaron por Sebastián Piñera, aun cuando muchos valoraban la obra de la concertación. Hasta el propio candidato de la otrora oposición lo hacía.

En Brasil hay una situación parecida pero con varios matices. Los principales candidatos pertenecen a la misma corriente, pero a diferentes partidos. No hay candidatos de derecha en la contienda electoral en Brasil; Serra y Rouseff son personas de centro izquierda, José Serra pertenece al partido de la socialdemocracia brasileira (PSDB) mientras que Dilma Rouseff pertenece al partido de los trabajadores (PT) al que también pertenece el actual mandatario de Brasil.

La gestión de Lula en Brasil ha sido buena en muchos sentidos. El país se ha consolidado como una de las más grandes y emergentes economías del mundo, la crisis financiera que afectó a la economía mundial en 2009 fue superada rápidamente y ha logrado generar un eje político en la región distinto a la izquierda bolivariana de Chávez y a la derecha de Uribe. Una especie de tercera vía de la izquierda latinoamericana que ha dado sus frutos.

Ahora bien, Lula guarda un par de similitudes con Bachelet: Según el mismo barómetro iberoamericano, Lula Da Silva, es también considerado uno de los líderes más simpáticos de la región y también alcanza niveles históricos de aprobación que, a marzo de 2010, llegaban al 76% (Informe21, 29/03)

En este escenario la candidata del PT, Dilma Rouseff, durante mucho tiempo estuvo por debajo del candidato opositor, José Serra, y parecía que Brasil y particularmente Lula Da Silva estaba viviendo el síndrome Bachelet, en el que no podría traspasar su popularidad a su elegida como sucesora en el palacio de Planalto.

Sin embargo, y a diferencia de lo que pasó en Chile en diciembre de 2009, las elecciones en Brasil aún parecen muy abiertas, ya que mientras algunos sondeos revelaban hace algún tiempo que la intención de voto hacia Rouseff no superaba el 30%, frente al más de 35% de intención de voto que obtenía Serra (LaPrensa, 21/04) Pero hace algunos días una nueva encuesta dio la ventaja a la candidata del PT, quien obtendría el 38% de las preferencias, frente al 35% del candidato del PSDB (Infolatam, 16/05)

En resumidas cuentas, quedan aún algunos meses y las elecciones aun no parecen tan predecibles como ocurría en nuestro país. Aunque al parecer, Lula se estaría sobreponiendo al síndrome Bachelet y su candidata lograría posicionarse como la favorita para sucederlo a la cabeza de la más 'potente potencia' latinoamericana.

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