sábado, 3 de julio de 2010

Porque ahora son gobierno

El año 2006, cuando el presidente Lagos dejó el gobierno, la oposición de ese entonces inicio la sistemática destrucción de la imagen del ex presidente. Había dejado la moneda con una popularidad superior al 70% y se veía como uno de los posibles candidatos para la elección de 2009 y suceder a la presidenta Bachelet.

El objetivo lo cumplieron, la popularidad de Lagos fue bajando constantemente durante todo el gobierno de la presidenta y cuando se acercaban las elecciones era posible que fuera candidato e incluso estuvo entre los eventuales postulantes, se sabía que Ricardo Lagos tenía demasiados flancos abiertos (se olvidaron de los de Frei) que lo hacían presa fácil de la oposición. El resto de la historia es conocida.

Hoy la ex Presidenta Bachelet sigue la senda de Ricardo Lagos. La alta popularidad con la que dejo el poder, aún más que la de Lagos, la convierte en una potente carta para que la concertación vuelva a ser gobierno en 2014. Tanto así, que según la última encuesta de CERC (Bio Bio), un 68% de los chilenos le gustaría que Michelle Bachelet volviera a terciarse la banda tricolor. A raíz de esto, se ha notado desde el gobierno un esfuerzo por empezar criticar al gobierno anterior, mostrando eventuales errores, falencias e incluso actos de corrupción. En esa misma línea se han puesto en revisión proyectos emblemáticos del gobierno de la presidenta y que tienen una alta repercusión mediática: la línea 6 del metro de Santiago y la extensión a Coronel y Lota del biotren, en la región del Bio Bio.

La gran diferencia con lo que le sucedió a Lagos es que, en ese momento,  la derecha era oposición y tenía el tiempo y la necesidad de derribar la imagen de posibles contendores de Sebastián Piñera, habida cuenta, además, que la concertación vive una carencia de líderes de recambio desde hace varios años. El resto de la historia ya es conocida.

Hoy la derecha es gobierno y la ciudadanía espera que se lleve a cabo el programa de gobierno por el que democráticamente, muchos sin siquiera conocerlo, optaron en las elecciones de diciembre y en la segunda vuelta de enero. Y es que pareciera que la derecha aún no cambia de switch y siguen actuando como la oposición perenne que fueron durante 20 años. Y Piñera no deja de actuar como en campaña, olvidando la alta investidura que posee.

Irse en contra de la ex presidente Bachelet y de sus proyectos puede ser totalmente contraproducente para el gobierno. La presidenta probablemente traspasó la barrera de su investidura presidencial y hoy la ciudadanía no la valora solo como ex presidenta, sino como persona. Sería bueno, por tanto, que se gobernara mirando hacia el futuro y que en vez de solo buscar errores en la administración anterior, la Contraloría y los otros organismos fiscalizadores con los que cuenta nuestra institucionalidad evidencien también los flagrantes conflictos de interés que aún tiene el nuevo gobierno, partiendo por el mismo presidente de la República. Porque ahora son gobierno y esperamos que se dediquen a gobernar.

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