viernes, 6 de agosto de 2010

Estrategias de crecimiento y desarrollo para el largo plazo

El gobierno del presidente Piñera ha presentado con algarabía los resultados del IMACEC de mayo y junio, de 7,1% y 6,8% respectivamente. Ambas cifras han sorprendido incluso a los más optimistas economistas que preveían una expansión en torno al 6% para estos meses y quienes también, después del terremoto, temían que la recuperación económica del país se resintiera por un periodo más largo.


El empleo también ha mostrado rápidos signos de recuperación, pasando de un 9% en el trimestre móvil enero-marzo a un 8,5% en el trimestre móvil abril-junio, de acuerdo a datos de la nueva encuesta nacional de empleo del INE. Ciertamente todas estas son buenas noticias, la sombra de la recesión y los efectos del terremoto en la actividad económica van quedando atrás y la confianza de empresarios y consumidores se muestra más robustecida frente a estos datos, con lo que también se demuestra que el debate en torno al alza de impuestos que planteó el gobierno y cuya discusión se debiera dar con miras a un reforma tributaria mas profunda tampoco tuvo el impacto que los más ortodoxos economistas predecían.

El crecimiento económico genera empleo. Sin embargo, empleo no es sinónimo de menos pobreza o mayor equidad, es más, pues empleos de mala calidad y baja remuneración generan estancamiento en pobreza y desigualdad o incluso profundizaciones. Más de alguien podrá argumentar que es mejor tener 1 millón de empleados ganando un sueldo bajo que a esa misma cantidad de personas desempleadas, sin embargo, el efecto redistributivo y de aumento del bienestar de personas empleadas en trabajos de mala calidad puede ser mínima, generando así trampas de pobreza con personas que (sobre)viven pero que tienen pocas o nulas capacidades de romper los círculos de pobreza e inequidad.

Por otro lado, este año se está produciendo un rebote de la economía después de las profundas caídas del año 2009 justamente en los meses de invierno, con caídas de 4,3% en mayo y junio. De ahí también que para el año 2011 haya economistas que digan que es posible un crecimiento de 10% en marzo, pues marzo es uno de los meses más dinámicos del año en términos de demanda interna y durante 2009 y 2010 ese mes registró cifras negativas, por la recesión primero y por el terremoto después.

En general, las economías de países subdesarrollados que tenían una posición más sólida para enfrentar la crisis se han recuperado de forma mucho más sostenida que los países desarrollados, ejemplos de ellos son Brasil, China, en el caso de los primeros, y Estados Unidos, en el caso de los segundos. Así, el año 2010 está siendo de recuperación para todos esos países pues su situación económica interna estaba mucho más fuerte que en otras crisis económicas y es hora de volver al marco de mayor inversión y consumo ahora que la confianza está regresando. Particularmente en Chile, las más fuertes caídas se debieron a contracciones del consumo privado y la inversión. El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, ha indicado que el año 2010 el crecimiento de nuestra economía bordeará el límite superior del rango propuesto por el Banco Central, es decir, en torno al 5%-5,5%.

Para 2011 las cifras son aún mejores y se dice que es posible que Chile crezca incluso por sobre el 6%. Sin embargo, como señala el economista Alberto Ramos de Goldman Sachs (La Tercera, 06/08, P19) el crecimiento del próximo año  dependerá en gran parte de la reconstrucción tanto de la infraestructura pública como privada, dado que la construcción genera empleos y es un sector capaz de contagiar dinamismo a otros sectores, es de esperar que la demanda interna impulse el crecimiento.

Pero es necesario tener en cuenta, por un lado, la intervención del Banco Central en el control de  la inflación y el agotamiento del impulso que dará a la economía el rebote y la reconstrucción; lo que ciertamente hará volver la línea de crecimiento a cauces más normales.

Todo lo anterior: calidad del empleo para el mejoramiento de la calidad de vida de los chilenos y regreso del crecimiento a niveles de tendencia sostenibles por nuestra economía llevan a la discusión en torno a una estrategia de largo plazo de crecimiento y desarrollo, en donde las obras y hasta anuncios del gobierno han sido escasas. La base productiva del país, copada por servicios y explotación de recursos naturales, se ha agoatado desde hace al menos 10 años y las cifras de crecimiento que recuerdan los años dorados de la década del 90 son meras golondrinas furtivas que no hacen verano.

Es necesario intervenir en la base del desarrollo en Chile y no seguir exigiéndole  a una matriz que ya no puede entregar más. Y allí se precisa de un compromiso del sector público importante de fomento productivo para la agregación de valor y el desarrollo industrial y de servicios a nivel global y sudamericano, aprovechando una serie de ventajas institucionales y económicas que tiene el país. Seguir basando el crecimiento del país y la creación de empleo en la extracción de recursos naturales y los servicios a nivel local es una estrategia que está agotada y que, pasado el rebote de la recesión de 2009 y el boom de la reconstrucción… seguirá entregando meros guarismos insuficientes para llegar a ser un país realmente desarrollado.

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