lunes, 1 de noviembre de 2010

¿Se sostiene el proyecto de Kirchner más allá de su muerte?

Hay un aspecto fundamental que emerge debido a la muerte de Néstor Kirchner y es si acaso el proyecto político que se encargó de construir desde que arribó a la Casa Rosada podrá mantenerse en el tiempo. Un rol importante en la trascendencia del kirchnerismo lo jugará la presidenta Cristina Fernández, pero hay otros históricos del justicialismo que se ordenaban tras las órdenes de Néstor y hoy tienen el camino libre para descuadrarse del gobierno y potenciar sus propios proyectos políticos, ya sea a nivel local o nacional.

Hace ya varios meses se venía comentando en la prensa cómo la figura de Néstor Kirchner venía perdiendo fuerza al interior del conglomerado, a medida que otras figuras se fortalecían lentamente y amenazaban sus posibilidades de alcanzar nuevamente la presidencia en 2011. La misma imagen de Cristina Fernández ganaba fuerzas por la gestión de su gobierno, sobretodo en el orden económico (La Tercera, mayo 2010)  y hoy con los restos de Néstor en el cementerio de Río Gallegos, no son pocas las voces que han señalado que será la presidenta quien opte por la reelección.

Pero ¿en qué consiste el proyecto Kirchnerista? o al menos ¿qué cosas caracterizaron los siete años de Néstor cerca de los hilos del poder? Quizás una de las primeras cosas es la ampliación de la columna peronista hacia sectores tradicionalmente no cercanos al movimiento, lo cual le permitió reconstruir la capacidad de gobernar habiendo llegado al poder solo con el 22% de los votos. Con esto fue el proyecto Kirchnerista el que finalmente se consolidó en el poder y aglutinó tras de sí a las tradicionales masas peronistas, en detrimento de otras corrientes políticas que también arrogaban para sí el apelativo de peronistas y que terminarían constituyéndose en un peronismo disidente que en 2007 disputaría con Cristina Fernández la presidencia de la nación.

Esta consolidación del kirchnerismo y del mismo Kirchner en el poder permitió cuadrar tras el matrimonio presidencial a una fuerza política y electoral significativa que a la vez que le permitía al matrimonio afirmarse a la Casa Rosada, ayudaba a Néstor Kirchner a alejar de si a otros líderes del mismo peronismo Kirchnerista que intentaban alzarse. El último caso fue el de Daniel Scioli. Los hilos del poder le permitían a Néstor hacer ciertos intercambios y gestos para mantener acotados esos liderazgos emergentes.

El control de la economía, tanto nacional como provincial, también fue un eje central de la política de los Kirchner. Una de las causas de la crisis de 2001 fue el abultado desequilibrio fiscal tanto de las provincias como del Estado nacional. Ya es conocida la historia. Default, seguidos por dos pagos de deuda que permitieron cancelar una parte significativa de aquella que se dejó de pagar en 2001. Néstor era capaz de mantener a los gobernadores en sus provincias y usufructuar de favores políticos de aquellos cercanos al peronismo. Se valió de esas redes hacia el interior del país para tener penetración electoral más allá de su nicho natural: Santa Cruz, y la dirigió desde La Casa Rosada y desde Olivos. Y de la misma forma fortaleció el poder presidencial, por sobre el de los caudillos políticos provinciales, tan característico de la historia Argentina.

La orientación política del kirchnerismo es ciertamente de izquierda, produciendo dos quiebres. El primero es con el peronismo-menemista de los años 90, alineado con las ideas neoliberales y el segundo es con las ideas del peronismo federal, liderado por Duhalde, Rodriguez Saa y donde también ha participado De Narvaez. El kirchnerismo  cultivó los lazos con el sindicalismo de la CGT y Hugo Moyano ganó un poder significativo en el escenario político argentino, pero la casi omnipresencia de Kirchner fue capaz de generar un equilibrio entre el poder sindical y el poder político.

Un punto no menor de la política kirchnerista ha sido la confrontación política e institucional. Vale recordar que para la celebración del bicentenario en la ciudad de Buenos Aires, la presidenta no asistió a la reapertura del teatro Colón, donde el anfitrión era el jefe de gobierno de la ciudad, Mauricio Macri. O los graves conflictos con el campo, la estatización de las AFJP, la ley de medios y la declaración del papel prensa como bien de uso público, vienen a ser muestras de las fisuras que el gobierno de Néstor y Cristina fueron generando o aprovechando en la política y en la sociedad argentina.

Entonces ¿cómo se sostiene este proyecto en el tiempo? El líder que había podido alinear las fuerzas políticas para darle impulso ya no está, existe la incógnita respecto a si su esposa será la heredara que podrá tomar el bastón de mando o bien organizar su gabinete para sostener este poder y darle sustentabilidad a una reelección. En todo esto, las señales que se den a partir de la reincorporación de Cristina a la actividad política serán claves para entender las posturas que empezará a adoptar el gobierno en su último año, la posición de Cristina al interior del justicialismo y también la de los líderes del peronismo disidente y los otros actores políticos relevantes a nivel nacional.

El último punto no es baladí. Si se dan cambios en la forma de hacer política que se han venido dando desde el 2003 hacia prácticas más conciliadoras desde el gobierno, es posible que el peronismo de vuelva a unificar y en esto hay dos elementos relevantes. El primero es la voluntad que existe desde el peronismo federal pues “no se descarta” la reunificación del partido (Clarín, 31/10) ya que su eje constitutivo estaba en torno a la oposición Kirchner. Sin él y con una política menos kirchnerista de parte de Cristina, pierde sentido la existencia del PJ federal y gana fuerza la idea de la reunificación.

Finalmente, un segundo elemento es el rol que empezarán a jugar los líderes locales a nivel de municipios y provincias. Con la extinción de Kirchner el orden entre gobernadores e intendentes es más complejo ¿cuántas tareas de todas las que tenía Néstor podrá asumir Cristina? ¿Cuánto respaldo tendrá de su gabinete? La continuidad del proyecto kirchnerista, iniciado en 2003 a nivel nacional y hace décadas en Santa Cruz, y la eventual reelección de Cristina dependen mucho de cómo se respondan estas preguntas y cómo se muevan los actores en este escenario completamente nuevo.

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