miércoles, 19 de enero de 2011

El camino de Cristina hacia la reelección

La situación que está viviendo Cristina Fernández a escasos 10 meses de las elecciones presidenciales en la Argentina muestra la situación de inestabilidad en la que quedó el gobierno nacional luego de la muerte del líder del justicialismo y hombre fuerte de la casa rosada. Por un lado se tiene a una presidenta intentando restablecerse emocional y políticamente de la pérdida de su marido y compañero político y una oposición que se está empezando a constituir electoralmente para enfrentar los comicios de octubre.

Al interior del gobierno

Un objetivo que lograba Néstor Kirchner era la centralización del poder federal y del partido justicialista en sí mismo. Eso le ayudaba a controlar el poder ejecutivo, evitando actuaciones personalistas de parte de algún ministro y monitoreando personalmente las actuaciones de los ministerios más importantes: economía, principalmente.

Adicionalmente, controlaba de cerca la actuación de los gobernadores de las provincias, especialmente de los oficialistas, controlando muy de cerca los gestos e ingresos de las provincias para evitar que se acumularan déficits que pudieran poner en riesgo la estabilidad macroeconómica global del país (La Nación, 31/10/2010). Políticamente, alineaba a los gobernadores tras la estrategia política del gobierno. Hoy ese rol se ha perdido y nada asegura que Cristina lo esté ejecutando, pues bien puede haber reforzado a algunos ministros del gabinete: Boduo en economía, De Vido, en planificación, Nilda Garré en Seguridad pública.

La actuación del gobierno ha venido a debilitar a otros ministros que eran considerados integrantes más poderosos del gobierno, especialmente Aníbal Fernández, jefe de gabinete, que pese a los desmentidos que ha realizado sobre su eventual alejamiento del gobierno (Clarín, 14/01) han sido fuertes las voces que señalan que la presidenta estaría sondeando algunos nombres para reemplazar a Aníbal Fernández y en los hechos el gobierno le estaría restando influencia (La Tercera, 19/12/2010) a favor de personas más cercanas y “leales” a la presidenta.

La estrategia parece apuntar hacia un objetivo claro: la presidenta busca sacudir su gobierno de aquellos rumores que en algún momento señalaron que las figuras fuertes del partido empezarían a aprovechar la ausencia de Kirchner para escalar en el ejecutivo, insinuando que la presidenta sería incapaz de asegurar la gobernabilidad en el año que restaba desde la muerte de Kirchner. La idea sería no repetir ni un ápice de lo sucedido en 1974 cuando a la muerte de Perón, María Estela se vio eclipsada por López Rega, con miras además, de una eventual reelección este año.

En suma, Cristina desea mostrar que, más allá de la luna de miel que ha tenido en las encuestas después de la muerte de su marido, es capaz de gobernar el país con su propio equipo.

Al interior del partido

La presidenta Fernández aún no ha definido si irá a la reelección, pese a que algunas noticias que ha dicho que ella ya habría comunicado a los más cercanos que optará por seguir en la casa Rosada (La Tercera, 17/01) no se deben desconocer las aspiraciones de otros integrantes del partido a la presidencia, como el mismo Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, se viene un año electoral con importantes desafíos, el principal de ellos será probablemente la inflación –según algunos analistas podría llegar al 40% en 2011, siendo de las más altas del mundo (Clarín, 20/10/2010).

Joaquín Morales Solá, columnista del diario porteño La Nación, se pregunta si acaso la presidenta será capaz de mantener durante un año el impulso y respaldo que el Frente para la victoria y particularmente el justicialismo para seguir con opciones electoralmente viables. Los problemas a los que puede enfrentarse la Argentina el 2011, la acción de la oposición y el fin del sentimiento de duelo con la presidenta podrían, en definitiva, hace más complejo el final del camino electoral de la presidenta antes de las elecciones.

En ese contexto, la presidenta deberá ejercer un fuerte liderazgo político en el justicialismo para mantenerse electoralmente a flote, cuidarse de los conflictos y alinear a los gobernadores, tan importantes en el rol de penetración hacia el interior que deben llevar a cabo los partidos en cada evento electoral.

La oposición

El radical Ernesto Sanz lanzó oficialmente su precandidatura a la presidencia, adelantándose a lo que haga Ricardo Alfonsín y Julio Cobos, quien aún se debate entre la vice presidencia de la nación y la oposición, en una de las particularidades más significativas del actual gobierno argentino. El candidato final será definido en las internas del partido.

Asimismo, el candidato del peronismo Federal, Eduardo Duhalde, ha disparado profusamente en contra del gobierno, con lo que las opciones de la reunificación del peronismo vaticinadas en algún momento (Ballotage, 18/11/2010) parecen esfumarse. No obstante, se mantiene la necesidad de Mauricio Macri para buscar una alianza que lo ayude a penetrar en el país y así poder levantar una candidatura del PRO, salvo que decida quedarse un periodo más en la ciudad de Buenos Aires, donde tendría el triunfo bastante seguro a la luz de las últimas elecciones de 2009.

Elisa Carrió y Fernando Solanas son otros de los candidatos que aspiran a aparecer en el voto en octubre próximo. La primera alcanzó la segunda mayoría en las elecciones de 2007 donde Cristina Fernández ganó en primera vuelta. El segundo ha sido la sorpresa en Buenos Aires, pues con el movimiento “proyecto sur” logro alzarse con la segunda mayoría (24,21% frente a un 31,09 de Gabriela Michetti) en pasadas elecciones legislativa y ha motivado al gobierno de Macri a iniciar un ambicioso proyecto para aumentar su presencia al sur de la ciudad.

El panorama general es bastante favorable para el justicialismo, sobre todo pues la barrera electoral es de solo un 45% y resulta bastante complejo que PRO, Radicales y disidentes peronistas se agrupen en solo una candidatura, al menos para la primera vuelta, que como en todas las elecciones con segunda ronda de votación, actuará como primaria a nivel nacional. En una segunda vuelta ¿los peronistas disidentes apoyarán a Cristina? ¿Y los radicales? Eventualmente para una segunda vuelta si podría constituirse un frente amplio que busque sacar de Olivos a Cristina… pero viendo el comportamiento fraccionado que ha tenido la oposición en la cámara de diputados una estrategia así no asegura la gobernabilidad y la concreción de un proyecto político perdurable, corriendo un riesgo similar al de la Alianza (UCR-FREPASO) a principios del 2000. 

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