lunes, 17 de enero de 2011

¿El principio de la caída de Laurence Golborne?

Cuando a principios de febrero de 2010 el presidente Sebastián Piñera presentó su gabinete nadie se podría imaginar que varios meses después uno de los más desconocidos de los ministros y jefe además de un ministerio que da poca exposición mediática, como lo es minería, estaría entre los políticos con más futuro e iniciaría de forma bastante anticipada la discusión respecto a la figura política de la alianza que tendrá la misión de alzarse con la candidatura oficialista en 2013.

El accidente en la mina San José, profusamente utilizado por el gobierno, ayudó a catapultar la imagen del desconocido Laurence Golborne a las altas cumbres de la opinión pública. Sin mostrar muchas habilidades políticas el ministro de minería pasó a encabezar las listas de eventuales candidatos a la presidencia que emergerían de La Moneda e inició un debate –un poquito artificial para mi gusto- que sumó a Rodrigo Hinzpeter y a Joaquín Lavín, dos de las figuras políticas con más peso al interior del gabinete. El tema incomodaba al propio Sebastián Piñera (La tercera, 19/11/2010) cuyo objetivo es enfatizar el carácter ejecutivo de su gobierno y luego empezar a discutir la sucesión.

Pero ¿qué tanto puede gustar esto a los partidos que apoyan políticamente al gobierno? La UDI y RN ya habían manifestado su malestar por la falta de representación política en el gabinete, incluso, en algún momento se dijo que ambos partidos buscaban fichar a alguno de los ministros independiente: Raineri, Golborne, Cruz-Coke, Kast, para así aumentar su representación al interior del gobierno (El Mercurio, 18/10/2010). Eso no ha sucedido y el escenario hoy es diferente.

Al gobierno entran dos ex senadores que abandonaron sus bancas en Valparaíso para allegarse a La Moneda y que tienen una dilatada carrera política construida en el congreso. Ambos tienen aspiraciones presidenciales, ya sea públicamente reconocidas o más privadas (La Tercera, 16/01) y son parte de cada uno de los partidos que conforma la alianza de gobierno y se suman a otras dos figuras que también miran el sillón presidencial: Lavín y Hinzpeter. ¿Qué pasará entonces con Golborne?

Creo que es bueno plantear una hipótesis que si bien puede que otros compartan no la he visto siendo ampliamente debatida en los medios: El actual cambio de gabinete tiene, entre otros objetivos, dejar a Golborne en una situación políticamente vulnerable que una persona con escasa capacidad política, como el mismo se reconoce (El Mercurio, 02/01) tendrá pocas opciones de enfrentarla y así reducir su alzamiento como carta presidenciable.

Es posible, asimismo, presumir de una eventual presión de los partidos políticos y de la incomodidad del propio presidente de tener un ministro tan alto en las encuesta para gatillar este movimiento. Los partidos, ciertamente, se pueden sentir poco agraciados de que la principal figura del gobierno de la alianza por Chile provenga de fuera de ésta, sin un lazo significativo con los partidos que la forman y en desmedro de otras personas que encarna de forma más activa la identidad partidaria. La alta popularidad de Golborne le hace sombre a Sebastián Piñera y a otros ministros y eso se vuelve significativo en un gobierno que funciona en base a popularidad, las encuestas y la opinión pública.

La cartera de energía no solo es compleja por las necesidades que actualmente tiene Chile en el tema, sino también porque hay un conflicto manifiesto en Punta Arenas y ha sido Laurence Golborne quien debe acometer con la solución, ciertamente se podría juzgar como una prueba para medir su capacidad política en la resolución del problema e intentar proyectarlo como un buen gestor más allá del accidente de los mineros, no obstante, el anuncio que hace Rodrigo Hinzpeter solo minutos después de que jurarán los nuevos integrantes del gabinete, respecto al uso de la ley de seguridad interior del Estado, hace pensar otra cosa.

¿No será acaso que Golborne en el ministerio de energía, con el conflicto en su punto más álgido y azuzado aun más por Rodrigo Hinzpeter y su invocación vehemente al orden público, solo es la forma que ha encontrado el gobierno para bajarlo de donde está y ponerlo camino al olvido político? La opinión pública es muy maleable y olvida rápido. Adicionalmente el mismo Golborne se mostró algo incómodo cuando luego del juramento de ministros fue consultado por la prensa respecto a los dichos previos de Hinzpeter y señaló que era rol del ministerio del interior velar por el orden público (Cooperativa, 16/01) respuesta que más tarde Carlos Huneeus, director del CERC y académico de la Universidad de Chile, criticó señalando que no viene a facilitarle el trabajo a Golborne la ley de seguridad interior del Estado (CNN Chile, 16/01)

Cómo se le viene el camino a Laurence Golborne es un tema que el tiempo dilucidará, pero en este momento el futuro no parece muy positivo y, más aún, las señales que se han visto permiten inferir que La Moneda, los partidos de la alianza y Sebastián Piñera, no tienen intención de construirle el piso político ni prestarle el caudal electoral para convertir a un independiente en eventual continuador del primer gobierno de la derecha en más de 50 años.

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